jueves, 25 de octubre de 2012

IMPORTANCIA DEL EJERCICIO FISICO EN LOS NIÑOS



El ejercicio físico en niños, junto a una alimentación equilibrada, es lo que les va a garantizar que se críen y crezcan con salud. Además, emocionalmente, si son niños ya un poquito más grandes y practican algún deporte en concreto, éste acaba siendo una de las tres patas principales de su educación junto a la familia y la escuela.
La vida urbana que llevamos la mayoría de nosotros no facilita en sí mismo que realicen este ejercicio. Los padres no tenemos tiempo de nada y los niños, la mayoría de veces, acaban en casa en el sofá mirando la televisión o jugando a la play. Antiguamente existía la costumbre de que estuvieran por la calle jugando y de esta manera realizaban un gran ejercicio físico, pero esto ahora es mucho más complicado, ya que las ciudades y la mayoría de pueblos no son seguros para niños solos por muchas razones.
Por esto, es muy importante que los padres inculquemos a los niños el amor por el deporte. Adaptado a su edad, pero desde que tienen dos años de edad, tienen que realizar actividades físicas de moderadas a fuertes durante al menos una hora al día.
Esto no quiere decir que hagan un deporte en concreto, ya que esa etapa podría venir un poquito más tarde, pero sí que se mantengan una vida activa la mayor parte del día y la mejor forma de empezar es limitando el tiempo de televisión y video consolas.

Beneficios del ejercicio físico en niños
- Reducirán el estrés del día o día y mejorarán la actitud ante la vida.
- Aumentarán su autoestima.
- Afrontarán mejor el día a día en la escuela.
- Junto a una alimentación equilibrada, mantendrán su peso en los niveles normales evitando el sobrepeso o la obesidad, con los riesgos que eso conlleva.
- Desarrollarán y fortalecerán los músculos, huesos y articulaciones, además de mantenerlos     totalmente sanos.
- Reducirán el riesgo de padecer Diabetes tipo 2.
- Ayudará a mantener la presión arterial y el colesterol en niveles más bajos.
Elementos esenciales del estado físico
Los elementos esenciales del estado físico en un niño son tres: resistencia, fuerza y flexibilidad.
Resistencia:
La resistencia se adquiere realizan actividades aeróbicas con regularidad. Una actividad aeróbica es la que conocemos como “de fondo”. El corazón late con mucha intensidad además de respirar también mucho más deprisa y profundamente.
Cuando este tipo de ejercicio se desarrolla de una forma habitual, el corazón se fortalece y la habilidad del cuerpo para enviar oxígeno a la sangre mejora muchísimo.
Fuerza:
La fuerza se refiere al desarrollo muscular. Un adulto, si quiere desarrollar este elemento, seguramente se apuntará a un gimnasio a hacer pesas.
En un niño no es necesario. Cuando juegan en el parque o practican cualquier deporte ya realizan ese fortalecimiento. También les puede ayudar realizar flexiones y abdominales.
Flexibilidad:
La flexibilidad permite al niño poder estirar el cuerpo de cualquier forma para poder llegar a algún sitio y hacerlo sin ningún problema.
Facilita el elongación de los músculos y las articulaciones, evitando lesiones y ofreciendo al cuerpo una sensación de fortaleza.
Cómo hago para que mi hijo haga ejercicio físico
Dependerá un poquito de su edad.
Lactante:
Evidentemente no va a hacer un deporte ni necesita ningún tiempo al día para hacer ejercicio, pero de todas formas, pero si mueve bien las piernas y brazos y lo mantenemos activo pequeños ratos al día, le ayudarán a incentivar su desarrollo motor.
Hasta 2 años:
En total, a esta edad deberían realizar al menos una hora y media en total de ejercicio. Del total de ese tiempo, media hora puede ser planificada, haciéndoles que salten, corran, etc. (el parque puede ser un buen lugar) y la otra hora, juego libre pero procurando que sea con ejercicio físico.
De 2 a 5 años:
Sería igual que lo anterior, pero aumentando al menos media hora el tiempo de ejercicio controlado. Se le puede ir apuntando a una actividad extraescolar de deporte si se quiere.
A partir de 6 años:
A esta edad es muy importante que hagan mucho ejercicio. Lo ideal es que practiquen algún deporte. Tal como he comentado antes, ese deporte se acaba convirtiendo un pilar fundamental de su vida, pero si no lo hacen, también hay que procurarles ese rato al día para que realicen cualquier actividad física.
En general, no deberían estar inactivos más de dos horas seguidas en ningún momento del día.
 Si le vas a apuntar a algún deporte, pregúntale cuál le puede gustar más, ya que es muy importante que el niño se divierta realizándolo. De esta forma, lo hará correctamente extrayendo todos sus beneficios.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Cómo explicar la muerte de un ser querido a un niño



Explicar la muerte de un ser querido a un niño es complicado
La forma de entender la muerte es algo muy subjetivo y personal para los adultos. Además, al ser un fenómeno frecuentemente asociado a creencias religiosas, cada familia conceptualiza la muerte de manera distinta y esto se transmite a los hijos.
Cuando fallece un ser querido, los padres se plantean cuál es la mejor manera de comunicárselo a los niños. Los adultos quieren evitar el sufrimiento de los pequeños, pero en algunos momentos de la vida esto no es posible.
No existe una fórmula universal para explicar la muerte de un familiar a los niños de 3 a 5 años. Cada familia debe buscar la forma más adecuada atendiendo a sus creencias sobre la muerte y lo que hay después de ella y teniendo en cuenta las características del propio niño.
No obstante, teniendo en cuenta las características evolutivas de los niños de 3 a 5 años, pueden establecerse algunos consejos que las familias pueden tener en cuenta para decidir cómo darles la triste noticia a los niños.
Cómo perciben la muerte los niños de 3 a 5 años
Los niños conceptualizarán la muerte de un ser querido en función de las habilidades cognitivas y emocionales propias de su edad.
Así pues, debido al desarrollo de su pensamiento, los niños de 3 a 5 años entienden la muerte como algo provisional, transitorio. Es decir, no entienden que la muerte es “para siempre”, que nunca volverán a ver a la persona fallecida.
Además, los niños de 3 a 5 años tienen un pensamiento y un desarrollo emocional "egocéntrico", centrado en sí mismos, por lo que es común que se sientan culpables de lo que acontece a su alrededor, incluso de la muerte de un ser querido.
También es común que algunos niños muestren que no les ha afectado el fallecimiento del ser querido y actúen como si nada hubiese sucedido. Esto es muy desconcertante pero es normal.
Del mismo modo, es normal que los niños tengan regresiones, que dejen de hacer cosas que ya habían conseguido (como volver a hacerse pis en la cama, pedir el chupete que ya habían dejado, etc.).
Asimismo, los niños pueden expresar sus emociones a través del juego. Es importante observarles para ir conociendo cómo se sienten.
Cómo explicar la muerte de un ser querido a los niños
Cuando fallece un ser querido, es importante contar a los niños la verdad: que esa persona ha muerto, que ha dejado de vivir. Cada familia explicará el concepto de muerte en función de sus creencias, pero es importante que la explicación sea clara y sencilla, para que los niños puedan comprenderla.
Es importante decir a los niños que la persona ha fallecido, que no volverá. Los niños de esta edad no entienden que la muerte es algo permanente, por lo que es importante explicárselo.
La noticia debe darse pronto, puesto que los niños percibirán la tristeza de los adultos. Se debe esperar a que pasen los momentos de mayor impacto e intensidad en los adultos para poder explicárselo a los niños con cierta serenidad. Pero no se debe demorar demasiado porque los niños perciben desde el principio que algo sucede.
Es importante explicar a los niños de una forma sencilla de qué murió la persona (estaba muy enfermo, se había hecho mucho daño) para evitar que los niños puedan sentirse culpables.
Debe tenerse en cuenta que a muchos niños les costará tiempo aceptar lo sucedido. De ahí la importancia de respetar el tiempo que necesiten los niños para asumir la pérdida.
Es positivo animar a los niños a que expresen sus emociones y dudas al respecto. Debe escuchárseles, atendérseles, hacerles sentir arropados y comprendidos. Como en todos los ámbitos de su aprendizaje, los padres ejercen de modelo para los niños. Su forma de expresar los sentimientos asociados a la muerte del ser querido servirán como referencia a los niños. Aprenderán a expresarse en función de cómo se expresen sus adultos de referencia.
Para ayudar a los niños a superar estos momentos complicados, es muy importante que el adulto se ponga en el lugar del niño, que trate de entender sus sentimientos y de responder a sus necesidades. Esto implica que tal vez el niño necesite más atención por parte del adulto, pasar más tiempo juntos. Los adultos deben ser flexibles con el niño, adaptarse a los reclamos del pequeño proporcionándoles seguridad y confianza para superar la difícil situación. Si el niño tiene regresiones, deben aceptarse y permitirse, puesto que éstas responden a una necesidad emocional del niño.