jueves, 29 de agosto de 2013

QUIEN ES MI MAMÁ??



- Mamá es esa señora que lleva siempre en el bolso un pañuelo con mis mocos, un paquete de toallitas, un chupete, un botellín con zumo y un pañal de emergencia.

- Mamá es ese cohete tan rápido que va por casa disparado y que está en todas partes al mismo tiempo.

- Mamá es esa malabarista que pone lavadoras con el abrigo puesto mientras le abre la puerta al perro con la otra, sosteniendo el correo con la barbilla y todo eso mientras me aparta del cubo de basura con el pie.

- Mamá es esa maga que puede hacer desaparecer mis lágrimas con un beso.

- Mamá es esa forzuda capaz de coger en un solo brazo mis 15 kilos mientras con el otro lleva el carrito de la compra.

- Mamá es esa campeona de atletismo capaz de llegar en décimas de segundo de 0 a 100 para evitar que caiga por las escaleras.

- Mamá es esa heroína que siempre vence mis pesadillas con una caricia.

-Mamá es esa señora con el pelo de dos colores, que dice que en cuanto tenga otro  ratito libre, sólo otro, irá la peluquería a retocarse las raíces.

- Mamá es ese cuenta cuentos que lee e inventa las historias más divertidas sólo para mí.

- Mamá es esa chef  capaz de hacerme una cena riquísima con dos tonterías que quedaban en la nevera porque no tuvo tiempo de hacer la compra.

- Mamá es ese médico que sabe con sólo mirarme si  tengo fiebre, cuánta, y lo que tiene que hacer.

- Mamá es esa economista capaz de ponerse la misma ropa semana tras semana para que yo vaya bien guapa siempre.

- Mamá es esa cantante que todas las noches interpreta la canción más dulce mientras me acuna un rato aunque haya llegado cansada del trabajo.

- Mamá es esa payasa que hace que me parta de risa con solo mover la cara.

-Mamá es esa sonámbula que puede levantarse dormida a las 4 de la mañana, mirar si me he hecho pis, cambiarme el pañal, darme jarabe para la tos, un poco de agua y ponerme el chupete. Todo a oscuras y sin despertarme.

¿La ves? Es aquella, la más guapa, la que sonríe…
¡Te amo, mamá!

jueves, 22 de agosto de 2013

Como conseguir que mi hijo coma tranquilo en la mesa.


Masticar con la boca abierta, poner los codos sobre la mesa, jugar con la silla y con la comida, levantarse antes de tiempo, correr por los alrededores de la mesa, gritar… Seguro que la mayoría de estas acciones las lleva a cabo tu hijo mientras están sentados a la mesa. Los niños son muy impacientes y no nacen con las normas de cortesía aprendidas, por lo que deberás tu como papá enseñarle a comportarse desde bien pequeño. Cuanto antes las conozca, más rápido será el aprendizaje, para que así cuando salgas a los restaurantes puedas tener un ambiente armonioso y no molestar a las otras personas que se encuentran en dicho restaurant.


Aprender desde pequeñitos

A partir de los 2 o 3 años, los niños empiezan a comer en la mesa con el resto de la familia, a la vez que empiezan a tomar parte en las celebraciones –cumpleaños, bautizos, comuniones-, compartiendo el banquete con los adultos.

Y los niños, como corresponde a su edad, son muy inquietos y traviesos: se cansan enseguida, se quieren levantar a jugar, no obedecen cuando se les llama para comer, etc. Esto es normal, pero siempre hay que
marcar unos límites, sobre todo cuando comemos con más gente o se está en un restaurante.


En la mesa, y también en otros lugares, hay que enseñarles a comportarse con una cierta educación y compostura. Por eso es una buena idea que les enseñes desde pequeñitos, para que se acostumbren cuanto antes y no adopten malos hábitos que después serán más difíciles de modificar. 

En esta etapa la imitación y el juego son las claves para adquirir cualquier comportamiento. Observar al resto de la familia comiendo les ayudará a aprender, por lo que es muy importante que pongamos atención a lo que hacemos nosotros. No se puede pedir a un niño que no ponga los codos en la mesa o que no coma con la boca abierta si nosotros no somos capaces de cumplirlo.


Para ello los padres deben mostrar siempre una actitud segura y confiada y nunca ser incoherentes. Ambos deben marcar las mismas directrices para no volver locos a sus hijos, no doblegar y mantenerse firmes ante una decisión.



Lo que nunca debe hacer


- Empezar a comer antes de que se siente todo el mundo
. Es de muy mala educación comenzar sin que estén presentes todos los comensales, a no ser que la comida se pueda enfriar y estropear y los anfitriones así lo indiquen.

- Comer con la boca abierta o llena.
A nadie le gusta ver los trocitos medio masticados de la boca de otro, pero tampoco es de buena educación llenarnos hasta arriba de comida y no poder ni masticar, y menos aún hablar con la boca llena o comer haciendo ruidos. Enséñale a comer pequeños trocitos. La comida nunca debe ser arrojada sobre el plato una vez que ha sido masticada.


- Jugar con la silla. Además de que sea de mala educación, es bastante peligroso si se cae, ya que se puede romper la barbilla o hacerse mucho daño en la espalda y el coxis. El niño debe permanecer bien sentado, con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo –si llega.

- Chupar los cubiertos. No se deben lamer los cubiertos, pero sobre todo el cuchillo, ya que además de quedar muy feo, también es peligroso.

- Interrumpir a otros mientras hablan. Esta es una norma esencial que debe cumplir no sólo en la mesa, sino siempre que esté presente en una conversación.

- Jugar con la comida. Todos hemos oído la frase: “Con la comida no se juega”. Y es que es de mala educación hacer bolitas con la miga del pan, montañitas con el arroz… Los alimentos son para comer, no para divertirse con ellos.

- Poner los codos sobre la mesa.
El antebrazo sí debe estar apoyado en la mesa mientras cortamos la comida y la cogemos, pero los codos no.

- Gritar o dar voces. Aunque a veces haya muchos invitados y sea difícil hacerse oír, acostúmbrale a que no levante la voz y mucho menos grite. Para que no ocurra esto hazlo participe de la conversación.

- Rascarse. Los niños son propensos a rascarse los brazos, la cabeza, etc. pero no es un gesto muy higiénico en un lugar lleno de comida.

- Beber sin limpiarse la boca.
Antes de coger el vaso para beber, es recomendable que se limpie la boca para evitar mancharlo de grasa y que se vuelva opaco de la suciedad.

- Bostezar. Si ha dormido mal o está muy cansado y no puede evitar hacerlo, enséñale a ponerse la mano delante de la boca o a hacerlo de la forma más discreta posible, no hace falta que su bostezo interrumpa las conversaciones.

- Hurgarse la nariz. Otra mala costumbre de los más pequeños, andar todo el día con el dedo metido en la nariz. Pero si siempre debe evitarse este gesto, más aún cuando se está comiendo, no sea que indigestemos al resto de comensales -aparte de hacernos pasar un poco de vergüenza.


- Quitarse los zapatos. Seguro que tus hijos tienen la manía de deshacerse de su calzado en cuanto se sientan en el sofá de casa o en el suelo para jugar. Pero a la mesa no debe estar descalzo. Si estáis en casa y los zapatos le molestan o le hacen daño, ponle unas zapatillas de estar por casa.


- Levantarse antes de que acabe la comida. Los niños, en cuanto han comido, quieren levantarse a jugar, pero debes intentar que permanezca a la mesa hasta que se haya acabado el postre. Obviamente no le puedes obligar a estar toda la sobremesa escuchando “aburridas” conversaciones de adultos, pero sí a estar hasta el final del banquete y a pedir permiso antes de irse.



Consejos para ayudarle


Ante todo, debes darle ejemplo. Intenta poner en práctica todas las normas que le has enseñado. Los niños aprenden por imitación y le será más fácil aprenderlas todas si ve a sus padres cumpliéndolas.


A pesar de ello, alguna vez puedes simular que te equivocas para que vea que no pasa nada si mete la pata. Así te corregirán ellos y reforzarás el hábito. Cuanto te confundas, haz siempre un comentario del tipo: “¡Mira a mamá, también se equivoca!”.


No le enseñes todas las normas a la vez o le volverás loco. Debes ir poco a poco mostrándole cómo se come correctamente y corrigiendo lo que haga mal. Pero no le hagas una lista enorme de reglas, le parecerá imposible cumplirlas todas y se desanimará. 


No debes regañarle cuando haya más gente delante (sobre todo si está su hermano o primo mayor al que quiere impresionar). Puedes disponer una frase secreta que sólo ustedes entiendan para corregir lo que está haciendo mal sin que los demás se enteren. Por ejemplo, si quieres que quite los codos de la mesa, busca una afirmación que empiece por CO: “¿Cómo se llamaba ese amigo tuyo que vino el otro día?”. Así él sabrá a qué te refieres pero no le harás pasar vergüenza.


 Cuando vaya haciendo progresos, un beso tuyo después de comer o un cumplido le harán más feliz que cualquier regalo del mundo.


No te muestres impaciente ni le grites si después de varios días enseñándole aún pone los codos en la mesa o mastica con la boca abierta. Cualquier aprendizaje requiere su tiempo.


Una buena herramienta que ayuda al trabajo educativo es inventarse algún juego para que comprenda mejor las reglas y le resulte más fácil aprehenderlas. Por ejemplo, inventa un cuento o una canción que contengan las normas que se deben seguir a la mesa. También puedes practicar con sus juguetes, preparando un banquete imaginario con sus peluches y sus muñecas.


Lo importante es que se creen unos hábitos a la hora de la comida y que tu hijo gradualmente vaya adquiriéndolos, sin  prisas puesto que al fin y al cabo, es todavía un niño

lunes, 19 de agosto de 2013

Ideas para empezar el cole con buen pie.



Conforme se acerca el primer día de clases, los niños comienzan a sentirse inquietos y un poco angustiados; lo mismos pasa con los de nuevo ingreso o que por alguna razón tuvieron que cambiar de escuela; tanto los padres de familia como los maestros están conscientes de esta situación, así que cada uno por su lado debe trabajar para que el niño se siente más tranquilo y aprende a verle el lado positivo a todos estos cambios.
Los padres por su parte deben platicar con sus hijos, tranquilizarlos haciéndoles notar los aspectos positivos de empezar la escuela, entre estos volver a ver a sus amigos, conocer otros nuevos, tal vez conocer una nueva escuela, etc.
Es muy importante (si existe la posibilidad), llevar al niño al colegio unos días antes del inicio de clases para que lo conozca, y acompañarlo el primer día; posteriormente podrás organizarte para que otras personas de tu confianza puedan pasar por el, pero el primer día es de gran ayuda porque se sentirá más tranquilo de saber que estas a su lado.
Y para que todo marche bien, sugiero lo siguiente:
- Hablar con ellos sobre la importancia del regreso a la escuela y determinar con ellos lo que se espera de este año y cómo piensan lograrlo.
-Plantear el regreso a clases como algo positivo y muy importante.
- Escuchar sus temores, dudas, intereses y expectativas con mucha atención y orientarlas respetuosamente en todo momento.
- Establecer y respetar los horarios para levantarse, dormirse, alimentarse, tomar clases especiales, hacer tareas y jugar o entretenerse.
- Responsabilizarlos sobre el cuidado de sus útiles escolares, el arreglo diario de sus uniformes o ropa de escuela, así como de la solución de sus tareas escolares para evitar el desorden que es causante muchos problemas y tensiones familiares.
- Supervisar bien su desayuno que es el principal alimento que les permitirá concentrarse y aprender bien durante toda la mañana. Con frecuencia es importante incluir un complemento alimenticio para el recreo, para que no les falten todas las vitaminas y minerales esenciales para su adecuado crecimiento y desarrollo, acompañado de una notita de amor que los haga sentir seguros.
- Estar pendientes de todos los cambios posibles de conducta o actitud que puedan ser manifestaciones de algún problema no resuelto en la escuela o en su vida personal. Tener en cuenta que los problemas para ellos son tan grandes e importantes, como lo son los nuestros.
- Tener todo listo para que las prisas no sean otro motivo de estrés, salir a tiempo para evitar el tráfico y mostrarse contentos en todo momento.
Pero también durante el año escolar hay que vigilar conductas que nos pueden indicar que los niños  no se encuentran bien en la escuela, como:
- Llorar todos los días al entrar a ella.
- Orinarse cuando ya han logrado controlar este reflejo. - Simular o presentar dolor de estómago, cabeza, náuseas y otros todos los días.
- Sentirlos desmotivados y tristes cada vez que salen de la escuela.
- Quejarse continuamente ante los padres sobre la conducta de maestros o compañeros.
- Presentar algún signo de violencia o golpe.
- Detectar baja de calificaciones sin motivo aparente.
Ante estas señales es importante:
- Escuchar a los niños y niñas, atender a sus quejas y darles credibilidad hasta que se demuestre lo contrario.
- Hablar con maestros y directores y comentar los cambios de conducta inesperados.
- Denunciar cualquier hecho de violencia.
- Ayudarlos y orientarlos en sus requerimientos.
- Comentar con los maestros si se piensa que las tareas son excesivas.
- Estimularlos y felicitarlos ante sus éxitos y orientar sus fracasos y errores para que aprendan de ellos.
Hay que recordar que serán muchos los años que los niños estarán en la escuela y que esa debe ser una etapa de aprendizaje saludable y placentero y no de angustia y temor.
Hagamos que la vuelta al cole sea una ilusión, cuéntale tus experiencias cuando eras pequeño y si aún conservas las amistades de tu cole dile lo maravilloso y valiosas que son esas amistades.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Herramientas y trucos para: Bebés, niños pequeños y niños mayores


¿Por qué es la disciplina un dilema tan grande? Porque ponerla en práctica es como caminar por una cuerda floja. Por un lado está el peligro de ser demasiado permisivos, porque nadie quiere criar a niños consentidos y tiranos; por el otro, está el miedo de controlarlos excesivamente, porque tampoco queremos ser tan duros que lleguemos a criar a niños miedosos, tímidos y tristes.

Lo que necesitamos es encontrar un término medio para lograr educar a niños respetuosos, afectuosos y bien portados.

Atención: Te doy estas herramientas pero  no están garantizadas, y ninguna de ellas será perfecta para todos los padres y niños. Pero sí te ofrecerán opciones a la hora de disciplinar a tus hijos, ¿y a qué padre no le gustaría contar con más "armas secretas"? 

Herramienta: Elimina y sustituye.
Edad: 6 a 18 meses.
Cómo funciona: Como todos nosotros, los niños aprenden haciendo. Eso significa que cuando tu niñito tira al suelo su plato de frijoles es porque quiere ver qué va a pasar, y no porque tiene ganas de enojarte o ensuciar el suelo de la cocina.

Esto no quiere decir que tengas que permitirle hacer todo lo que quiera, o algo que a ti no te guste, y muchísimo menos que juegue con algo peligroso. Cuando eso ocurra, quítale el objeto o lleva a tu niño hacia otro lugar. Ofrécele entonces algo más seguro, que ensucie menos o no sea tan destructivo. Al sustituir el objeto por otra alternativa evitas que se desespere.

Es importante que le expliques lo que estás haciendo, aunque sea demasiado pequeño para entenderlo del todo. Le estás enseñando la importante lección de que algunos comportamientos son inaceptables y que, cuando sea necesario, tú le cambiarás de actividad.

Ejemplo de cómo usar esta herramienta: Tu bebé de 8 meses insiste en morder las cuentas de tu collar favorito. En lugar de permitírselo (ya que podría romper el hilo y atragantarse con una cuenta) o continuar sacándole el collar de las manitas una y otra vez, quítate el collar y guárdalo, explicándole que "el collar de mamá no se puede morder". Dale entonces una mordedera o juguete para morder y dile, "esto sí se puede morder".  
 
Herramienta: Arreglen juntos el problema.
Edad: 12 a 24 meses.
Cómo funciona: Volviendo al ejemplo del plato de frijoles, es importante diferenciar entre un bebé que juega a tirar su comida al suelo y un niñito que lo hace intencionalmente, sabiendo que está ensuciando la cocina para que luego mamá o papá la limpien.

Ese punto de transición ocurre cuando el niño es capaz de entender que está haciendo algo que no debe de hacer, normalmente alrededor de su primer cumpleaños. Cuando te mira con expresión traviesa y luego tira los frijoles, es hora de reaccionar. Lo que tienes que hacer es empezar a enseñarle el concepto de ser responsable de sus acciones.

Ejemplo de cómo usar esta herramienta: Tu hijito ha ensuciado todo el piso bajo su sillita a la hora de comer. Cuando termine, sácalo de la sillita, ponlo en el suelo y pídele que te alcance unos frijoles y te "ayude" a recoger. Háblale sobre lo que están haciendo: "Hemos tirado comida al suelo, o sea que ahora tenemos que limpiar".

 
Herramienta: Refuerza lo positivo.
Edad: 12 meses en adelante.
Cómo funciona: Este truco es fácil: Cuando tu niñito se esté portando bien, díselo, en lugar de sólo hablarle para llamarle la atención por hacer algo mal. Recompensar el buen comportamiento en lugar de reprochar el malo es un hábito que requiere un poco de práctica, pero a la larga es más eficaz.

Cómo usar esta herramienta en el cotidiano: Es la hora de la siesta (lo cual a veces se transforma en un momento de disputa con tu niñita). Motívala elogiando hasta el mínimo esfuerzo de su parte: "Qué bueno que has dejado de jugar cuando te lo pedí. Eso significa que tendremos tiempo para leer un cuento. Si te acuestas rapidito, tendremos aún más tiempo y podremos leer dos cuentos". Sigue felicitándola por todo y cualquier cambio positivo en su conducta a la hora de la siesta, y recompensa sus intentos con cuentos o canciones.
 
Herramienta: Solicita la ayuda de tu niño.
Edad: 12 meses a 8 años.
Cómo funciona: Los estudiosos han descubierto algo que muchos padres todavía no han percibido: los niños llegan al mundo programados para ayudar y cooperar. Todo lo que tenemos que hacer como padres es aprovechar esta tendencia natural. Muchas veces, nosotros los padres no lo notamos porque no esperamos que los niños quieran ayudar.

Aunque ésta no parezca ser una estrategia disciplinaria, lo comprobarás cuando la empieces a aplicar. Una vez que hayas enseñado a tu hijito a cooperar, esta cualidad te será muy útil porque al delegarle un "trabajo" evitas ciertas situaciones que podrían provocar un berrinche o rabieta.

Ejemplo de cómo usar esta herramienta: Estás en el supermercado (uno de los escenarios predilectos de los niños para las rabietas). Cuando tu niñito empiece a agitarse, tratando de escapar del carrito de compras, enséñale una caja de cereal y dile: "Tengo que comprar comida, y necesito que me ayudes". Entonces dale la caja de cereal y deja que él la coloque dentro de la canasta. También puedes pedirle que sea tu "buscador" y te ayude a encontrar las comidas y los productos que necesitan.
 
Herramienta: Controla su coraje.
Edad: 12 a 24 meses.
Cómo funciona: Los niños de 12 a 24 meses son susceptibles a las rabietas porque aún no son capaces de controlar sus emociones, explican los expertos.

El primer paso que hay que tomar en estas situaciones es permitir que el niño se tranquilice como pueda. Si te permite que lo abraces, mécelo entre tus brazos hasta que se calme. Si cuando lo tocas se enfurece más todavía, dale espacio para que logre calmarse él solito.

No trates de charlar sobre lo ocurrido hasta que haya pasado su tormenta emocional. Pero una vez que se calme, no dejes de hablar con tu niñito sobre lo que ocurrió, aunque te parezca que todo se ha solucionado. Rebobina la película y vuelve a la escena del crimen. Ésa es la única forma de corregir los errores que se hayan cometido.

Ejemplo de cómo usar esta herramienta: Tu niñito se negó a vestirse y se puso como loco, tirando sus juguetes por la habitación. Una vez que se haya calmado, llévalo hacia los juguetes que ha tirado y dile con calma pero con firmeza que es hora de recogerlos. Si la tarea parece ser demasiado grande para él, divídela. Señala algunos juguetes y di, "tú recoges los de ahí y yo recojo los de allá". Quédate con él hasta que haya terminado su parte.

Si se niega o empieza a tener otra rabieta, el ciclo se repite, pero esta vez espera un poquito más hasta que se calme completamente, y asegúrate que sepa que vas en serio. Vuelve entonces a decirle que recoja los juguetes.

Herramienta: Háblale en su idioma.
Edad: 12 a 24 meses.
Cómo funciona: A veces el secreto para que los niños hagan lo que tienen que hacer o dejen de hacer lo que no deben depende, simplemente, de que nos comuniquemos con ellos de una forma que realmente entiendan. . Usa frases cortas y mucha repetición, gestos y expresividad para mostrarle a tu niño que entiendes perfectamente lo que él quiere o piensa.

Ejemplo de cómo usar esta herramienta: Tu hijito le arranca un juguete de las manos a su amiguito. En lugar de sentarlo para un tiempo de castigo o tratar de explicarle por qué lo que hizo está mal (dos estrategias en las que asumes que tu niño ha avanzado lo suficiente en su desarrollo como para comprender lo que ha sucedido), repítele lo que crees que está pensando o sintiendo: "Tú quieres el juguete".

Al reconocer sus sentimientos, le estás ayudando a tranquilizarse. Y una vez que se haya calmado lo suficiente para poder escucharte, podrás transmitirle tu mensaje disciplinario, aunque en la versión simplificada: "Agarrar, no. Juguete de Pablo". Aunque al principio te parezca raro, verás como sí funciona.

Herramienta: Obedece sus "no".
Edad: 12 a 36 meses.
Cómo funciona: "No" suele ser una de las primeras palabras que aprenden los niños, y casi inmediatamente se transforma en la que más les gusta. Como sabemos los papás, esa negatividad y rechazos constantes se vuelven un poco fastidiosos. Aunque parezca mentira, una de las maneras de prevenir los incansables "no" es procurando tomarlos en serio cuando tu hijito los pronuncie. Al fin y al cabo, todos nosotros tenemos la costumbre de repetir lo que decimos cuando creemos que no nos están escuchando, ¿no es cierto?

Ejemplo de cómo usar esta herramienta: Tu hijito está corriendo de un lado a otro con el pañal sucio, pero se niega a dejar que lo cambies. Primero pregúntale si quiere que le cambies el pañal, y si te responde que no, dile: "muy bien", y espera unos minutos más. Al cabo de cinco minutos vuelve a preguntárselo, y si otra vez te dice "no", espera un poco más. Seguro que para la tercera vez que se lo preguntes, ya le estará molestando tener el pañal sucio y te responderá que sí. Al darse cuenta que su "no" tiene valor, tu hijito dejará de usarlos a modo de respuesta automática.

domingo, 11 de agosto de 2013

SUS PRIMEROS AMIGOS



Los amigos acompañan, enseñan a compartir, a resolver conflictos, a desarrollar la empatía, y a ver la vida desde el punto de vista de los otros. Forman parte esencial del niño.

A CADA EDAD UN TIPO DE AMIGO

Los primeros amigos se hacen en el jardín de infancia o zonas de columpios. A esa edad jugar es una actividad fundamental en la socialización del niño y los amigos les ayudan a desarrollarse emocionalmente, además de aprender juntos habilidades sociales.

Los amigos de los menores de 6 años son los niños que juegan con ellos y ya se empieza a sufrir con los amigos cuando le excluye y prefiere a otro.

A los 7 años empiezan los juegos en grupo y aparece la necesidad de reciprocidad e igualdad. Juzgan y comparan a los amigos, valoran “quien hace qué para quien”, a quien invitan y quien le invita a quedarse a dormir o a su cumpleaños.

A partir de los 10 años la amistad se intensifica y se prefieren amigos del mismo sexo ya que tienen intereses comunes y distinto nivel de maduración.




PAPEL DE LOS PADRES

Los padres no sólo son un ejemplo con su comportamiento con sus propias amistades, sino también juegan un papel importante a la hora de fomentar y relacionarse con las amistades de sus hijos.

Hay que tener en cuenta que tener amigos es muy positivo. Hay que fomentar que el niño se relacione desde pequeño, pero sin forzar la amistad. Es muy difícil imponer un amigo, aunque si se puede potenciar acercamientos o distanciamientos.

Asimismo, hay que aceptar que al crecer, los hijos tomarán sus propias decisiones y eso incluye elegir a sus amigos

En cualquier caso, es importante conocer a los amigos de los hijos, ya que de esta forma se crea un clima de confianza y permite saber que hacen, como piensan y que actitudes tienen. Eso incluye también conocer a sus padres.
 

NO NOS GUSTAN SUS AMIGOS

A muchos padres no les gustan los amigos de sus hijos, pero hay que diferenciar los amigos que no nos gustan por “juicios sin información objetiva” de los que realmente ejercen una mala influencia. Amistades negativas son aquellas que contradicen con su ejemplo los valores que los padres les están enseñando, les inducen a un comportamiento inadecuado o les manipulan y presionan.

Es aconsejable no criticar a los amigos, ya que así se refuerza la actitud del hijo, que no dudará en defenderles. Es mejor cuestionar actitudes concretas y no hay que olvidar que es mejor la persuasión que la prohibición.

También ayuda conocer la relación de amistad. En ocasiones la mala influencia se deba a una falta de confianza en sí mismo. En ese caso en lugar de insistir en que deje a ese amigo, es mejor reforzar su autoestima para evitar que sea fácilmente manejable.

Cuando los niños son pequeños es más fácil hacer que cambien de amistad. Basta cambiar sus hábitos para que entable nuevas relaciones, pero en la adolescencia la situación se complica.

La comunicación es la base para evitar problemas. En momentos de conflicto, es importante dialogar con ellos sobre situaciones de riesgo y dialogar, pero evitando sermones. Comunicarse es la mejor forma de que escuchen y sigan nuestros consejos y orientaciones.

Hablar sobre la influencia de los amigos les ayudará en el futuro a resistir ante situaciones de mandato. La mejor prevención es sin duda una buena relación familiar que favorece que el niño confíe en sus padres y sea menos manipulable por su entorno.

Es también positivo promover diversos grupos de amistades, de forma que sea más difícil que se dejen llevar por las presiones de un grupo concreto. En un momento en el que un amigo ejerza una mala influencia, otro amigo podrá contrarrestarla.




CÓMO FAVORECER LOS BUENOS AMIGOS 

-Supervisar el entorno donde van a hacer amigos/as.

-Fomentar la práctica de deporte.
 
-Invitar a los amigos a casa.

-Conocer a los hijos incluye conocer sus gustos y sus amigos