Los psicólogos consideran que los celos que
sienten los bebés y niños cuando viene en camino o nace un
nuevo hermanito, es una reacción normal e incluso necesaria y advierten que los
niños celosos pueden presentar síntomas muy variados como regresión a etapas
evolutivas ya superadas (lloros continuos), trastornos emocionales o físicos
(cambios de humor y cierta agresividad), que no siempre son fácilmente
reconocibles como celos.
Todos estos problemas pueden controlarse en gran
medida si los progenitores preparan a los pequeños para la llegada del bebé,
fomentando sobre todo la autoestima y la confianza del menor y haciéndole
partícipe de todo lo relacionado con la llegada del nuevo miembro de la
familia.
En definitiva deben actuar con mucho cariño, pero
con firmeza y sin perder de vista sus criterios educativos.
Causas de los celos
Los celos son un estado afectivo caracterizado
por el miedo a perder o ver reducido el cariño de alguien querido. Este
sentimiento provoca la envidia hacia la persona a la que se considera un rival
en la búsqueda de ese amor fraternal, así el primogénito de la familia se
siente como el príncipe destronado y no puede evitar sentir un cierto rechazo
hacia el nuevo bebé.
Aunque los celos se suelen asociar a aspectos
negativos, muchos expertos los consideran algo absolutamente natural por lo que
no hay que alarmarse en exceso, aunque sí recomiendan ciertas pautas para
intentar que se reduzcan y se controlen con el fin de que no lleguen a extremos
más graves.
Los síntomas más comunes
Síntomas
físicos: Dolor de estómago y vómitos, alteración o falta de apetito,
alteración del sueño o necesidad de compañía para dormirse, supuestos dolores
de varios tipos que pueden llegar a inventarse.
Trastornos
emocionales: Son desobedientes y negativos, sufren cambios de humor sin
motivos aparentes, mayor agresividad, lloros continuos. Se suelen mostrar más
mimosos de lo habitual, no quieren ir a la guardería,
ignoran al bebé, no quieren hablar de él y hacen como que no existe y los
intentos de llamar la atención de los mayores son constantes.
Regresión
a etapas evolutivas ya superadas: Casi siempre se trata de un intento de
imitar al bebé
para captar la atención de los padres y madres: el niño vuelve
a hacerse pis en la cama, habla con voz o palabras infantiles, quiere volver a
comer con rituales más infantiles como el biberón,
etc.
Errores más comunes
El principal error que se comete es decirle, que
llega un nuevo hermanito para JUGAR, cuando eso no será así, porque lo primero
que le dirán es: NO LO TOQUES, TRATALO CON CUIDADO QUE ES PEQUEÑO. El niño de
primer momento sentirá rechazo y comenzaran sus síntomas. Lo mejor es decirle
que llegara un hermano, será muy pequeñito tendremos que tratarlo con cariño y delicadeza
y tu tendrás que ayudar pues como hermano mayor le debes enseñar todo lo que sabe,
para que cuando crezca puedas jugar con el.
Otra de las principales equivocaciones es no
explicarle al niño la llegada del nuevo hermano. Hay que hacerle partícipe del
bebé que va a llegar y de los cambios que van a afectar la rutina familiar.
Error habitual es la comparación entre hermanos
cuando ya son algo mayores, cada niño es un mundo y hay que intentar
tratarlos como iguales, resaltando las aptitudes que cada uno tiene, evitando las comparaciones.
¿Cómo deben actuar los padres y madres ante la
llegada de un nuevo hermano?
Es recomendable que unos meses antes de que nazca
el bebé, durante el
embarazo, papá y mamá hablen con los hermanos y les
comenten los cambios que se van a ir produciendo, aunque sin saturarlos con
mucha información. Hay que hacerles ver la parte positiva de tener un nuevo bebé
en la familia.
Otro momento clave para el que hay que preparar a
los pequeños es la ausencia de la madre o el padre tras el parto. Los expertos
recomiendan tratarlo con antelación: que el niño o niña
sepa con quién se va a quedar y avisarle de todo lo que va a ocurrir para que
no le cause inseguridad o sorpresa.
Consejos para evitar los celos
Una vez que el nuevo miembro de la familia llega
a casa conviene seguir una serie de consejos con el fin de controlar los
inevitables celos:
Involucrar
a los hermanos mayores en el cuidado del bebé para fomentar su independencia
y responsabilidad, PERMITELE que se sienta como el hermano MAYOR. Ejemplo: pídele
ayuda al momento de cambiar los pañales, diciéndole “Roberto podrías traerme
los pañales del bebe”, o cualquier otro objeto que el pueda transportar. Hazlo sentir importante. Recordarles
cómo eran ellos de pequeños, qué cosas hacían. Ejemplo: enseñarle fotos para
que se acuerden y vean que también pasaron por las mismas cosas.
Emplear
más premios y estímulos que castigos y amenazas, teniendo claro que se trata
más de premios afectivos que materiales. Ejemplo: luego de que traiga los
pañales darle un gran beso y decirle “eres el mejor hermano mayor”, aliéntalo con
palabras o gestos positivos.
Mantener
en lo posible sus rutinas. Ejemplo: leerle un cuento antes de dormir o salir al parque el
sábado por la mañana si es lo que venía haciendo antes de la llegada del
hermano.
¿Cuándo se debe recurrir a un profesional para
tratar los celos?
A pesar de que los celos es un síntoma común
después de la llegada de un nuevo bebé, hay que poner atención cuando las
actitudes del hermano sean violentas con el fin de perjudicar al bebé. Por
eso, cuando los celos pasen la barrera de lo “normal” hay que acudir a un
especialista.
No hay que preocuparse en exceso: en la mayoría
de los casos, los celos no son ni tan
graves ni tan duraderos como los padres pensamos. Es la forma que tiene
el pequeño de expresar sus sentimientos por los cambios, y lo habitual es que
desaparezcan cuando se acostumbre a ellos. Pero de momento, piensa que ese
intruso ha llegado para sustituirle. Este sentimiento es normal y necesario: un niño que no expresa ningún tipo de celo,
por pequeño que sea, puede que esté escondiendo algún otro problema
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