Esa frase de
"mi niño no come" tod@s las hemos escuchado muchas veces, y las que
nos dedicamos a esto de la educación aún mas. Pues bien hoy vamos a realizar
unas recomendaciones que pueden suavizar esas palabras.
La introducción
de los sólidos no es un mero capricho social, sino que cumple
varias funciones importantes en el desarrollo del niño: por un lado, le permite
una dieta más variada y saludable, distinguir mejor los sabores, probar
diferentes texturas.Por otra parte, la introducción de sólidos requiere de la masticación, y ésta es fundamental para trabajar toda la musculatura de la boca y de la cara, que luego será tan importante en la articulación del lenguaje. Además, es una cuestión evolutiva, para algo tenemos los dientes y las muelas, para masticar.
Teniendo esto en cuenta, es importante que introduzcas el sólido a los niños siguiendo las indicaciones de tu pediatra o del colegio (si fuese el caso), para que el niño se vaya familiarizando con las diferentes texturas y sabores.
¿Pasa algo si esperamos? Por norma general, cuanto más tardes más le costará. Imagina que al día de hoy te cambian de repente el tipo de comida. Es decir, que de comida occidental de pronto te pasan a una dieta oriental. Algunos la adaptaran sin problemas, pero otros tendrían muchas dificultades. Pues lo mismo un niño. Si lleva tres años comiendo purés y de repente le metes el sólido estará desconcertado, se mostrará reacio y sólo querrá lo conocido, que son sus purés.
Con los niños que se niegan a comer sólidos, se puede aplicar la misma fórmula del R (ritual, repetición y rutina), P (paciencia y positividad), y (mucho cariño) y a realizar entre Todos. Además, es necesario que aunque los rechacen se los sigas ofreciendo para que vaya probando. Si no quiere no pasa nada, mañana se volverá a intentar. Habrá que probar con distintos alimentos hasta encontrar sus preferidos. No vale la pena forzar, debes respetar cuando dice no. Recuerda que la comida tiene que ser un momento agradable. Por tanto no te centres en lo que no hace sino en sus pequeños logros ("¡muy bien, lo has probado!, ¡TE FELICITO!").
Estrategias:
1.
Mostrarles que hay que comer de todo (no sólo lo que ellos quieren) y
explicarles la importancia de la dieta equilibrada:
Podemos
apoyarnos en la pirámide alimenticia.
2. Integrarlo
a comer en la mesa, es importante que se sienta grande y al ver como los
integrantes de la familia come, el por imitación hará lo mismo.
3. Siempre
que nos sea posible, pedirles que nos ayuden en la cocina, y si lo que no
quieren son verduras, meterlas en lasaña, hacer un pollo con verduras y éstas
triturarlas para que ellos no las noten, etc.
4. Para
comer tienen un tiempo limitado, no podemos permitir que se lleven 2 horas
comiendo y que se les junte con la merienda. Para ello, podemos ponerles en la
mesa un reloj y así si empiezan a comer a y media, cuando la aguja llegue al 12
tienen que haber terminado y se les retirará el plato esté como esté. Es muy
importante evitar distracciones como la televisión. Mejor tenerla apagada
durante la comida y concederles el premio de ver los dibujos si han comido
bien.
5. Por último, recordar que es importante que coman lo
que se ha acordado para ese día. Y no, que se les cambie la comida porque no
les guste. Cuando pase la media hora y no hayan comido se les retira la comida
hasta la hora de la merienda y comerán lo que toque para merendar, y así
sucesivamente. Es importante no darles después un dulce, chocolate, o algo de
comer que a ellos les guste porque nos dé pena que se queden sin comer. Ya que
si les damos lo que quieren se saldrán con la suya y nos llevarán a su terreno.
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